Capitulo 2 "Metamorfosis"
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El oscuro y frio calabozo, donde la
sombra mueren. Un rayo nacía brillante, cálido y radiante. El pequeño filamento
sensible aprisionado en un muro de cristal. Estallaba en cólera y furia, dentro
de su prisión; donde la oscuridad esconde por su brillo y despertaba la sombra
en la luz. “Mandy despierta, tu papa acaba llamar por
teléfono; Dijo que te esperara en el aeropuerto”, Hablo una madre dulce encantadora,
cortando su miel feliz sueño. Hoy iniciaba un día especial, empezaba una
aventura viajando junto con su padre. Habían pasado 12 primaveras de
aquella vez, Mandy ya no era una niña. Ella había sufrido una metamorfosis,
aquella oruga del pasado, ahora se había convertido en una bella mariposa. Una
pared de cristal reflejaba el espectro de su cuerpo, un rostro blanco familiar
a la nieve, unos ojos grandes claros azules y una sonrisa perfecta escondida dentro
una muralla blanca de ladrillos. Su silueta en forma de un ángel, piel suave
como la seda, sensible a los pétalos de las rosas y un largo cabello rubio a
modo de su madre. Iluminaba el reflejo en un espejo, aquella niña era una
princesa, rodeada de sueños dentro de su castillo, cuidada y amada por el amor
de sus padres.
Una puerta abría un nuevo camino, bajo
el cielo nublado daba inicio una partida, “¡Hasta
luego mama, te quiero mucho!; pronto regresare de nuevo a casa”, Con la
bendición de su madre entre manos, Mandy se retiraba con un corazón muy alegre.
Odiaba decir “Adiós”, temía que fuera un para siempre. En el aeropuerto de la
ciudad Seattle, una bella dama contaba cada minuto emocionada, una operadora
anunciaba por altavoz “Todos los pasajeros del vuelo 216 de ALASKA AIRLINE,
entrar al puerto número 2; con destinos Kodiak Alaska”. Siendo la
primera en abordar, deseaba llegar lo más pronto a su destino. El pájaro de
metal brillante despegaba de su nido; cruzaba los bastos aires entre olas
gigantes. Aquella dama admiraba detrás de una ventana un paraíso, donde hombres
gigantes de roca se cobijaban en masas de nubes, cruzando valles, bosques y un
gran océano al infinito. Aquel ave de acero se preparaba aterrizar en su nido.
Una sombra cobraba vida dentro del nido,
unos ojos de lujuria estaban en busca del fruto prohibido. El tiempo se detuvo,
una frescura se apoderaba de su entorno; el aire tornaba cálido y ligero. Un
hombre era poseído por el paso de una escultura, sus ojos eran hipnotizados por
el llamado de su sonrisa. Dos figuras simétricas resaltaban de su pecho, una
sed nacía por el deseo de ser amamantado. El ritmo de sus pasos, habían sincronizado
al latido de su cuerpo. La belleza de su fino movimiento resaltaba el volumen
de sus gemelas, formando el durazno del pecado. Sus ansiosas y temblorosas manos
deseaban tocar el fruto prohibido. Su presencia era ignorada, ambas sombras se
funcionaban. Un tercer ojo captaba el acto; pero era interrumpido por la
presencia de un segundo hombre. El sabor agridulce se apoderaba de su cuerpo,
pero una segunda no fallaría. “¡Papa!” Grito
con alegría y dio un gran salto. “¡Mandy!, ¡Hija!” Dijo Sig al encontrar a su hija, la escena del
recuentro dulce y activa florecía. Padre
e hija, salieron juntos del aeropuerto. “¡Papa!, mi
mama me dijo que tomaras tus pastillas” Dijo Mandy, disfrutando el
paisaje en movimiento. “Siempre, tu mama tan
preocupada” Hablo Sig, conduciendo sobre el bosque rumbo al puerto. Un
caballo blanco en descanso pintaba el paisaje y un destino había concluido.
El padre Mandy se trataba de un
capitán reconocido en la zona, dedicado a la pesca de los cangrejos de las
nieves. Entre sus colegas de alta mar era conocido como el Capitán Sig del emblemático
barco Northwestern. “Hija, como te lo prometí, aquí
estamos; te enseñare el oficio de la familia” Dijo Sig algo entusiasmado
por el deseo de cumplir el deseo de su hija. “Gracias
papa siempre soñé estar aquí contigo” Hablo Mandy con un nudo en la garganta.
Los dos juntos subieron al barco, el Capitán Sig presento su hija a la
tripulación. “Caballeros, les presento mi hija
Mandy, ella nos acompañara en esta temporada y unos de sus sueños es ser Capitán,
les invito que no sean tan duros con ella” Exclamo el capitán ante su
tripulación. Algunos rumoreaban que era de mal presagio llevar una mujer abordo
y otros que ella no debería estar aquí. Muchos tomaron la noticia algo incomodo
y otros lo recibieron tan bien, por el simple hecho de ser una mujer muy bella.
Ya los dados ya estaban colocados en la mesa y el Mar de Bering aguardaba sorpresas.
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