Capítulo V: El coleccionista (final)
El amanecer trajo consigo un
renovado brío en mis aspiraciones por escapar a mis innumerables problemas.
Comenzaba a acostumbrarme al cuerpo de Alina, considero que en gran parte
estaba relacionado con los conocimientos que obtuve de ella. A temprana hora,
aproveché para ducharme y prepararme para salir; a pesar de mis constantes
lapsos de ansiedad, debí dejar para otro momento saciar mis deseos de
masturbarme.
Estaba ansioso por salir, al
grado de omitir siquiera un desayuno ligero, limitándome a dejar una nota para
mis tíos, justo como lo hice a mis padres un día anterior. La partida de
aquella casa con el vehículo de Alina fue de los menos relevante, los
manierismos y las costumbres de Alina era reflejados a la perfección de manera
inconsciente; por momentos olvidaba mi propia existencia y me sentía por entero
como Alina, era cómo si su conciencia gobernase por momentos mi cuerpo.
Conduje por la ciudad sin rumbo
definido, algo comenzaba a preocuparme y tenía que ver con el tiempo en que
había permanecido cómo Alina, sus pensamientos eran más frecuentes y
cuestionaban mis actividades, cómo si no entendiera porque estaba fuera de casa
conduciendo arbitrariamente. Detenido en un semáforo en rojo, una interrogante dio
un giro repentino en mis planes ¿Acaso quería dejar de ser Alina?
Aparqué el vehículo en una calle
que bordeaba parte de un pequeño parque en una zona habitacional; medité la
posibilidad de permanecer cómo Alina y aunque la noche anterior tenía la fuerte
convicción de regresar a mi forma original, para ese instante ya tenía dudas
acerca de mis verdaderos deseos. Ensoñaba en las posibilidades de quedarme con
la vida de mi prima, vivir como ella sería fácil, ya había comenzado a
experimentar una paulatina fusión de nuestros pensamientos.
Imaginé un escenario dónde el que
desaparecía era mi verdadero yo; la importancia que daba a la tristeza que les
daría a mis padres en cada oportunidad menguaba, era un alejamiento de mis
sentimientos haciendo más fuertes cada vez los pensamientos y deseos de Alina.
En tanto, sostenía la esfera entre mis manos, dudando el volver a utilizarla
para regresar a mi verdadera forma y saber sí era el permanecer como Alina el
que me empujaba a tener aquellos pensamientos.
El sonoro timbrar del teléfono me
despejo del debate mental y me centro en la llamada entrante “Alina ¿Sí vas a
venir a mi casa o ya no te espero?” Era Brenda, el sonido de su voz y su pregunta
me hizo caer en cuenta que existían planes entre Alina y ella para ese día, evento
que omití enteramente. “Sí, estoy de camino” Sin dudar, tomé la resolución de
ir a la casa de Brenda, mi deseo por verla una vez más se apodero de mí y
abandoné mi verdadero objetivo.
Conduje quince minutos después de
la llamada. Estando frente a un edificio de departamentos en el que vivía
Brenda, pensé en otra posibilidad, una que, por supuesto incluía a Brenda; un
experimento que se tornó imperioso de comprobar. Aparcado el automóvil, me
ubique frente al tablero de timbres y presione el 204, era sencillo, conocía a
detalle el procedimiento. Un zumbido libero el pasador de la chapa de la puerta
y me dejó acceder al inmueble.
En el pasillo, encontré a Alicia,
conocía a la ancianita por las memorias de Alina, la señora me saludo
cortésmente, era una mujer simpática, aunque desafortunadamente afectada por el
paso de los años y una enorme serie de aflicciones, aunque eso no limitaba su
estupenda actitud y amable personalidad. La salude hincándome un poco, estaba
encorvada por la edad, su voz aguda en ocasiones podía producir momentos
hilarantes.
Dejando a la anciana atrás, subí
por las escaleras mientras me tomaba del pasamano, era una precaución que Alina
siempre tomaba debido a un resbalón sufrido en meses anteriores. Frente a la
puerta blanca con bordes decorativos en forma de cuadros repartidos en toda la
superficie, y un tapete de bienvenida gris Oxford con un texto blanco, era el indicativo
que estaba en el acceso del departamento de Brenda.
Toqué dos veces e hice una pausa
para volver a golpear un par más de veces la puerta, se trataba de una especie
de clave entre Alina y Brenda. Al abrirse la puerta, un leve aroma a café
produjo una imperiosa necesidad por una taza del mismo bien caliente. Brenda me
esperaba enfundada en ropa deportiva, ella la consideraba ligera para los fines
de semana.
Brenda me recibió con un beso en
una mejilla, cosa que de momento me desconcertó, ya que era una actitud
radicalmente distante a la que tuvo el día anterior cuando estuvimos solas. Rápidamente
caí en cuenta de esa fría actitud, una voz pausada le gritaba desde una de las
recamaras “Brenda ¿Quién tocó? Se trataba de Monserrat, su novia y quien
compartía el departamento; era verdad, Alina y Brenda tenían una aventura, algo
que paulatinamente fue recordando. “Siéntate por favor un momento Ali, ¿quieres
un poco de agua?”
Estando sentado en un pequeño
sofá al fondo, pensaba en mi fallo de dejar todo de lado por estar allí con
Brenda, por momentos me cuestionaba fuertemente esa incomprensible decisión. Monserrat
salió de la habitación aun vistiendo una pijama de algodón, algo que me hizo
francamente ridículo; sentí el odio que Alina tenía hacia ella y ese mismo
sentimiento me embargaba en ese instante a mí también.
“Alina, eres tú. ¿Piensas ir a
correr con esa ropa? Pensé que ya no vendrías, ahora deberán esperarme a que terminé
de bañarme, culpa por esa a Brenda, pensó que ya no vendrías” Detestaba a esa
chica, a pesar de que directamente a mi jamás me había hecho algo, los
pensamientos y sentimientos de Alina se apoderaban de mi cordura “supongo que
soy la culpable de eso, no te preocupes, puedo esperar.
Brenda salió de la cocina con un
vaso de agua, que me entregó, no sin dejar pasar la oportunidad de acariciar mi
mano al entregarme el recipiente. “No puedes ir así a correr, te prestaré algo
de ropa para eso, sabía que lo habías olvidado. Andas demasiado dispersas,
estoy segura que hay algo que no me has contado.” Era de esperarse que Brenda
tuviera sus sospechas, el día anterior era algo que no deseaba recordar por
innumerables motivos.
A pesar de su insistencia, eludí sus
preguntas, negando cualquier preocupación y justificando mi actitud por un
supuesto enojo en el cambio de planes que debí hacer por el repentino regreso
de “mis padres” sin previo aviso. Brenda quedo satisfecha cuando me acerque a
ella y la tome por detrás, besando su cuello alternando con tenues lamidas y apretones
con los dientes en el lóbulo de su oído derecho, cosa que decía que le
“encantaba”.
Monserrat se encerró en el baño y
enseguida escuche el ruido que provocaba la apertura de los grifos liberando la
presión del agua, misma que golpeaba el piso y resonaba ligeramente fuera de
aquel cuarto. Brenda me llevo a su recamara para prestarme algo de ropa
deportiva, mientras sacaba las prendas de un cajo, una atrevida idea me asalto,
apreté la esfera que llevaba en uno de mis bolsillos mientras tomé la mano izquierda
de Brenda, en cuanto hice contacto, pude ver sus memorias fluir
vertiginosamente. Brenda flexiono bruscamente su cabeza hacia atrás sin perder
el equilibrio, sólo temblaba en su lugar cómo si experimentara un escalofrío.
Pude ver todas las cosas que
hicimos un día anterior, semanas completas e incluso meses. La sostenía
fuertemente; una emergente necesidad por conocer más de ella evitaba que la
soltara y no fue hasta que sentí una fuerte presión en la cabeza que debía
alejarme. Aprecié como fluía de mi nariz sangre, era algo que me había pasado
con anterioridad. Brenda se quedó inmóvil unos segundos antes de acomodar su
cuerpo en una postura normal.
“¿Qué paso? Mi cabeza me duele
mucho, yo te he visto en la escuela, pero… ¿Qué haces en mi casa?” En mi mente
fluía meses de información, años incluso; el momento en que se conocieron Alina
y Brenda, era claro desde las dos posturas, pero había algo extraño, al momento
de soltar a Brenda sus pensamientos habían retrocedido considerable tiempo en
el pasado, mucho antes de conocer a Alina y por su desconcierto, supe que la
absorción de conocimiento conllevaba el despojo de los mismos de la persona a
la que se les extrae.
La primera vez que lo realice no
pude determinarlo porque fue sobre un cuerpo inerte, pero en Brenda conocí los
efectos del poder de la esfera. Era una oportunidad inmejorable, una mente
vacía serviría a mis propósitos y sin demora ante el evidente desconcierto de
Brenda, la volví a tomar del brazo y apreté la esfera para continuar con lo que
había iniciado. Hice tremendo esfuerzo para aferrarme a ella, quien no opuso
resistencia, un efecto ventajoso que daba la esfera.
Todo rastro de memoria de Brenda
fue absorbido por mi mente, confluían tres personalidades en un solo cuerpo y
era difícil discernir cual dominaba en mí. La presión en mi cabeza fue brutal,
pero debía resistir al máximo; llegué hasta un punto en dónde la información
dejó de fluir, sin provocarlo, no exista más que obtener, así que solté a
Brenda y debí hincarme un poco por el fuerte mareo que experimentaba, sin dejar
de mencionar que la hemorragia de sangre nasal que tenía era casi imparable.
Brenda se desplomo quedando inconsciente
en el frío piso de la habitación. Supuse que la mente de Brenda sufrió un
colapso, el primer contacto fue de escasos segundos, determiné que al ser tan
breve la conexión la persona se mantenía consiente, sin embargo, una exposición
más larga, deja inconsciente a la persona que perdía sus memorias. Entonces lo
supe, era mi oportunidad de hacer algo diferente, un acto que se acercaba más a
un repentino y enfermizo deseo, que si se tratase de algo planificado con
lógica.
Giré la esfera hasta dejar
activada la esferilla con mi apariencia original y la puse en la mano de
Brenda. Apreté su mano contra el artilugio y el cambio se llevó acabo, su
cuerpo retorciéndose y crujiendo en cada una de sus extremidades. Terminado el
proceso, una réplica de mi verdadero cuerpo yacía en el suelo, una vez más me
veía de esa forma, aunque podía ver que respiraba a diferencia de la ocasión
anterior.
Excitado por lo que realizaba,
reajuste la esfera para adoptar la forma de Brenda, sabía que era un
experimento arriesgado, pero de funcionar habría logrado algo que se convirtió
en un enorme deseo en ese instante, quedarme con la vida de Brenda. No pensé en
ese momento que haría con Alina y Monserrat a punto de salir de la ducha; lo
importante era saber si realmente ese frenético acto había funcionado.
Escuché como el agua dejo de
golpear el piso del baño, era señal de que Monserrat estaba a punto de salir.
Con ayuda de un par de sabanas, amordace y ate el cuerpo de Brenda, y lo
arrastre hasta el cuarto de servicio, dejándolo a un costado de una lavadora,
aseguré que Monserrat no notaría nada por el momento.
La perilla de la puerta del baño giro
suave y un rechinido indicó su apertura. Monserrat salió con un par de toallas
las cuales envolvían su cuerpo. Entró a la recamara y se presentó en muy poco
tiempo en la estancia, lista para partir. Extrañada por la ausencia de Alina,
me limite a explicarle que había olvidado algo y no nos acompañaría.
Abandonamos el departamento casi
de inmediato, al bajar por las escaleras, increpe a Monserrat para para a
saludar a la señora Alicia que barría la parte del pasillo que comunicaba con
su departamento. Eso era anormal en el comportamiento de Brenda, pero estaba
dispuesto a completar mi capricho. Monserrat evitando discutir conmigo, con una
mueca de desaprobación, no tuvo más remedio que a cercarse a la anciana.
La seguí de cerca, al vernos la
anciana sonrió levemente, gustaba de platicar con cualquier persona. Monserrat
en visible tono de molestia saludo a la señora, quien efusiva le dio un abrazo
correspondiendo ese saludo; por mi parte la saludé cortésmente y la mujer efectuó
el mismo saludo que con mi compañera. Finalizado el saludo, Monserrat me dirigió
una mirada que indicaba su ansiedad por alejarse de allí, sin embargo, yo tenía
otros planes.
Una repentina necesidad de entrar
al baño me inoportuno y le pedí a la señora permitirme acceder a su baño; la
viejecita era amable y siempre dispuesta a ayudar, una afirmante señal con su
cabeza y un señalamiento con su mano me indicaba la ubicación del sanitario. En
tanto, invitaba a Monserrat a esperarme en el interior de la casa. La torcedura
de boca de Monserrat, me hizo saber su desaprobación.
Estuve en el baño preparándome
para mi última maniobra con aquellas mujeres; al salir agradecí el apoyo de la
anciana y me despedí dándole un cariñoso abrazo. Pero su parte, Monserrat no
tuvo más elección que emularme en aquella despedida; al acercarse a la anciana,
me acerqué a ellas y las sostuve accionando la esfera. Sus mentes fluían
rápidamente hacia mi cabeza, no obstante, las solté rápido, lo suficiente para
no absorber más de lo necesario.
Me mantuve de pie mientras ellas
caían desmayadas, supuse que tenía poco tiempo para completar su plan. Con
ayuda de un par de agujas tomadas de una vieja máquina de coser de la octogenaria
mujer, pinche a Monserrat y Alicia para obtener su sangre y generar nuevas
esferillas para almacenarlas en la esfera. Una vez hecho eso, convertí a
Monserrat en una copia exacta de Alicia, en tanto a la amable anciana, le di la
apariencia de Monserrat. Debía intercambiar sus ropas, algo que no fue del todo
sencillo.
Espere casi veinte minutos hasta
que despertaron, lo primero que se me ocurrió al notar que abrieron sus ojos
fue preguntarles por su estado “¿se sientes bien?” conocía bien la respuesta y
su probable reacción al notar lo sucedido “Sí, pero… ¿qué paso aquí? ¿dónde
estoy? Me duele mucho mi cabeza” al escuchar su voz, Monserrat dio un grito
aterrador y al mirar sus manos la situación se tornó grave.
Mientras Monserrat enloquecía, la
anciana convertida en Monserrat miraba atónita sus manos, y daba vistazos a su
nuevo cuerpo. Su asombro se reflejaba en su boca entreabierta; la nueva
Monserrat no dejaba de tocar su rostro, sonriendo efusivamente, sus ojos
delataban la emoción que experimentaba. Monserrat atrapada en el anciano cuerpo
de Alicia, gritaba improperios y estaba fuera de sí.
Miraba fijamente a la anciana,
trataba de guardar la calma y no mostrarse sorprendida, aproveche eso para
fingir una repentina locura da la anciana. Los vecinos al escuchar el alboroto,
se presentaron para enterarse de lo que sucedía; la anciana se limitaba a
guardar silencio, mientras que yo les decía a los vecinos que llamaran una
ambulancia, la señora deliraba e intentaba atacarnos. La actitud de Monserrat,
no hizo más que confirmar mi versión; jaloneaba a la Alicia exigiéndole que le
regresara su cuerpo.
Los vecinos se movilizaron y
pasados unos minutos llenos de locura apareció na patrulla y una ambulancia,
para terminar, llevándose a la enloquecida anciana. Mire a Alicia
discretamente, esperaba que la señora aprovechara esa oportunidad para hacerse
pasar por Monserrat. “Monse ¿estás bien? Su respuesta me indicaría si estaba
dispuesta a seguir con eso “Sí… estoy bien ¿Qué pretende esa anciana al decir
que le robe su cuerpo?” Estaba hecho, Alicia no dejaría escapar esa
oportunidad.
Le pedí quedarse al cuidado de la
casa de la anciana, mientras yo regresaba al departamento y arreglaba unas
cosas para partir al hospital para saber el estado de la mujer enloquecida. La
nueva Monserrat, asintió, todo encajaba. Dejé a Alicia más emocionada que
desconcertada; regrese al apartamento de Brenda casi corriendo, el temor de que
Brenda se hubiese liberado me preocupo en demasía y no estaba del todo
equivocado en eso, a pesar de no haberse deshecho de sus ataduras, Brenda
intentaba liberarse con verdadera oposición a sus amarres.
Una vez más empleé la esfera para
hacerla perder la conciencia, fue poco en realidad lo que obtuve de su mente,
desconcierto y ruidos en la planta baja de una mujer fuera de sus cabales fue
lo único que pude obtener. Al mirar a Brenda con mi cuerpo, una extraña
sensación de pesadumbre me invadió, y sentí como una lagrima corrió por mi
mejilla, era cómo si algo muy dentro de mi se despidiera de un ser amado.
Inevitablemente, mi voz se entrecorto y aunque trate de hacer un esfuerzo por
evitarlo, eche a llorar desconsoladamente; tuve que hacer un esfuerzo tremendo
por tranquilizarme; necesitaba alejarme de esa depresión y actuar rápido
Deshice las ataduras y deje
esperé a que Brenda despertara. Recuperando la conciencia, Brenda miraba llena
de pánico el sitio, preguntando una y otra vez dónde se encontraba, quien era
yo y por supuesto quien era él. “Amigo, te encontré vagando por la calle por la
noche sin saber nada de ti, después te desmayaste y con ayuda de un amigo, te
trajimos hasta aquí, esperando que al despertar recordaras algo, pero me doy
cuenta que sigues igual. ¿En realidad no recuerdas quién eres? ¿Por favor has
un esfuerzo? A pesar de mis intentos, la mente de Brenda estaba completamente
en blanco, ni siquiera existían pensamientos inconexos que le brindaran
recuerdos aislados.
Pasamos varios minutos intentando
una y otra vez que recordara algo, todo fue inútil. Me sentí eufórico, tenía
una salida para mi ausencia, Brenda se encargaría de tomar mi lugar y yo me
quedaría con la vida de Brenda. Impaciente, quería sacarla de la que ya era mi
casa; amigo, necesito llevarte a un lugar en donde puedan ayudarte,
desgraciadamente no te conozco y tú necesitas encontrar a tu familia y apoyo
profesional, por favor tranquilízate un poco, veras que todo se arreglara.
Fue sencillo lo que sucedió
después, conduje de nueva cuenta el auto de Alina y llevé al muchacho a una
estación de policía cercana. Sometido a un breve interrogatorio y esperar por
unas horas a que quedara asentada mi versión, deje al chico en manos de las
autoridades. Al retirarme, una vez más la pesadumbre me entristeció, no
obstante, una contradictoria alegría confundía mis sentimientos por esa última
despedida de lo que fue mi vida, ahora sería Brenda en su totalidad y tenía un
plan para Alina que me permitiría mejorar aún más mi situación.
De regreso al edificio de
apartamentos, confirmé lo que suponía durante mi viaje hasta aquel lugar, la
puerta de la señora Alicia estaba abierta, entré y no encontré a nadie, no
obstante, el sitio era un desastre; cajones y puertas de muebles estaban
abiertas, las cosas evidentemente habían sido esculcadas, es como si alguien
hubiese escapado de aquel lugar llevándose todas las cosas que consideraba de
valor.
De vuelta en mi nueva casa, pasé
horas disfrutando del cuerpo de Brenda; ya había explorado su cuerpo con
anterioridad, sin embargo, el estar en aquel sitio y saberme en completa
posesión de su vida me hizo sentir aún más placer del que había experimentado
la ocasión anterior. Escuché música y baile desnuda, contoneándome como lo
haría la verdadera Brenda ya que su mente era un libro abierto para mí. Tenía
sus experiencias y sabía que esa ocasión era una de las más emocionantes que
había vivido, mis emociones y las de Alina se fundían a las de Brenda, era un
nuevo ser.
Brenda era hija única y sus padres
Vivian en otro estado, no eran cercanos a la chica y su relación era
complicada, mucho de ello tenía que ver la personalidad de Brenda, era
impulsiva y descortés, lo sabía a la perfección. Sus padres la apoyaban económicamente
para mantener sus estudios en la capital y todos lo relacionado con los pagos para
su manutención. Era una oportunidad invaluable, la lejanía de sus padres me permitiría
vivir dos vidas simultaneas.
Lo primero que hice fue
convertirme de nueva cuenta en Alina, pasé unos días en casa de mis tíos y los
convencí de que era momento de salir de casa; les hice creer que tenía un
empleo que podía ayudarme a pagar la renta de un pequeño departamento, pero satisfactoriamente
acogedor, ubicado en una estupenda zona de la ciudad. Pesé a su desagrado,
terminaron accediendo, incluso ofreciéndose a apoyarme con algunos pagos, las
cosas no podían ir mejor.
Fuera de casa de mis tíos,
alternaba mi apariencia entre Alina y Brenda, era excitante ser dos personas a la
vez, aunque prefería estar más tiempo como Brenda; en realidad sólo adoptaba la
forma de Alina cuando sus padres llamaban o deseaban visitarme. Para los
vecinos, éramos dos chicas que compartían el departamento, aunque en reiteradas
veces al encontrarlos en los pasillos preguntaban por Monserrat, recibiendo la
misma respuesta siempre “Regreso a su casa”.
Mis verdaderos padres encontrar a
su “hijo” varios días después y a pesar de la angustia vivida por su repentina desaparición,
se mostraron alegres de saber que estaba con bien. Desafortunadamente debieron
trabajo mucho en recrear los recuerdos de su hijo, ya que su memoria jamás
volvió. De vez en cuando miro mi antiguo cuerpo cuando voy de visita a ver a
mis tíos y convivo con él; a veces soy su confidente convertido en Alina y se
emociona al platicarme de las chicas de su escuela, al parecer la naturaleza de
Brenda encontró buen destino en mi viejo cuerpo.
A veces, cuando estamos a solas
me mira con cierto dejo de nostalgia y por su mirada, sé que lo éxito, puedo
ver como un bulto entre sus piernas crece, no lo culpo, alguna vez disfruto de
Alina cuando en otros tiempos fue Brenda, aunque deberá conformarse con soñar
con Alina como un amor platónico. En cuanto a Monserrat y Alicia, la primera
huyó sin dejar rastro, aunque pocos después sus familiares la encontraron con
ayuda de un investigador privado, desafortunadamente por alguna extraña razón
perdió la memoria, aunque sé que eso era una treta de la vieja Alicia para
hacerse pasar por Monserrat.
Monserrat no corrió con la misma
suerte, la impresión y el terror de verse como una anciana fue exagerado para
su viejo corazón, sufrió un ataque cardiaco de camino al hospital, los paramédicos
poco pudieron hacer. Nadie reclamo el cuerpo de la vieja Alicia; Monserrat
nunca tuvo oportunidad de reclamar su verdadera identidad o siquiera continuar
con la supuesta locura de ser en verdad una joven a la que le había robado su
cuerpo una anciana.
Por mi parte, en definitiva,
permaneceré como Brenda, su conciencia y la mía se han fundido por completo y aunque
al principio su personalidad me molestaba por su altivez y soberbia, hoy puedo
asegurar sin desenfado que me siento bien siendo así, de otra manera no sería
Brenda. También sé que algún día deberé encontrar un remplazo para Alina, pero
hasta ese momento, seguiré recolectando más muestras de sangré, uno nunca sabe
cuándo será oportuno adoptar la forma de otra persona.
FIN
Me gusto mucho ;3
ResponderBorrarhola, me llamo frida, me encanta tu blog, te agregue a favoritos, espero tu tambien, https://elgrancambioblogt.blogspot.com/
ResponderBorrarFrida mendez, te colocaría en mis favoritos; pero tenemos una politice en no colocar ningún blog; que contenga o abunde imágenes XXX. De igual manera, tengo eliminado todo blog que tenga contenido de este tipo,espero que me comprendas; me gusta tu lectura; pero son tus imágenes el problema. Si deseas borrar mi blog adelante.
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