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Usuario Mariana
Hace tiempo que deseaba comprar el juego del Universo de Control de Electronic Phisico. Había ahorrado y trabajado para tener en mis manos la consola de mis sueños, pero gracias a mucho esfuerzo; lo he logrado. Fui a la tienda para comprar el equipo, el cual instalé en mi cuarto; tenía el deseo de conseguir el cuerpo de una chica. Era una de mis fantasías, el juego prometía lograr sentir los latidos, las emociones y el sentido del cuerpo comprado; como sus ademanes. Todo estaba listo, me coloque en la cama; inicie sesión. Contaba con pase Premium, con el deseo de adquirir el mejor cuerpo; al entrar me aparecieron cientos de opciones para escoger. Pero ninguna de mi gusto, hasta que logre encontrar la indicada; no dude en comprarla, aunque con un costo elevado. Me apareció su nombre, una bibliografía sobre ella; las ansias de empezar jugar me fatigaba. Hasta que al fin cargo, me apareció la opción del inicio de conexión cerebral, estaba preparado y di aceptar. Lograba sentir como mi mente viajaba, logrando escuchar una voz decir, -Buenos días Mariana, te damos la bienvenida que escojas tu guardarropa-. Abrí mis ojos, la luz me cegaba; lentamente mi vista se adaptaba y logrando ver el foco del techo. Mi
cuerpo lo lograba sentir diferente, me encontraba recostado en una cama; me senté y lograba percibir los pesos de mis nuevos senos; mis manos las alce enfrente de mi rostro eran finas y delgadas; decidí colocarme en pie. A lado de la cama donde contaba con un espejo de cuerpo completo, el cual lograba apreciar mi cuerpo desnudo; quede impactado al verme en el espejo dentro del cuerpo que había comprado; sus gestos que realizaba eran idénticos a los que pensaba y los movimientos estaban en mi control, tenía unas caderas sabrosas; con cutis perfecto; unos senos bien desarrollados y duros; solo estando en pie resaltaba bien su trasero y mi cintura. Su cabello largo, de un color rubio y cuidado. Su dentadura perfecta con unos labios carnosos. Ojos claros y verdes. El área de la zona del bikini perfecta, era una sanción descriptible en no lograr sentir mi miembro; ahora contaba con algo que había fantaseado por un largo tiempo en tocar, sentir y tener; una vagina. Empecé a manosear mi cuerpo, era tan real la sensación de tocar mi propia piel; que al pasar mis delicadas manos por mi cuerpo sentía un escalofrío por la sensibilidad que contaba; me coloqué en diferentes formas posando mi trasero bien formado de corazón. Nadie podía decirme que hacer y no hacer, porque ahora sería Mariana. -Es como me la imaginé, tiene un cuerpo hermoso; aunque necesita unos detalles para ser perfecta a mi gustos- dije yo. Me sorprendí escuchar mi voz suave y dulce, conservando el acento de la dueña. Decidí empezar a vestirme con las guardarropas,
que me ofrecían; estaba en busca algo atrevido; me coloque una lencería sabrosa en mi cuerpo; por primera vez me colocaría un brasear; no tuve dificultad gracias a los recuerdos de la dueña; lograba sentir como resaltaba mis pechos el sostén; una sensación de excitación provocando que mis pezones se pusieran duros. Me coloque una tanga el cual su tela era suave y fina, dudaba que me cubriera, pero había quedado perfecta; movía mi trasero de lado
logrando apreciar lo bello que se veía. Decidí vestir con un vestido que se acoplaban bien a mi cuerpo, sin dudar me coloqué unas zapatillas; tenía unas ganas de caminar con ellas; era algo nuevo para mi; pero caminaba igual como lo haría la dueña original. En el espejo no dejaba. Deseaba empezar a caminar por las calles con el deseo de lucir mi cuerpo, mostrando mi personaje. Antes de retirarse me empezaron a explicar las reglas del juego:
- No matar.
- No huir con el cuerpo fuera de la zona.
- No dañarse.
- No destruir propiedad privada.
Eran fáciles de respetar, tome la salida empecé caminar por los pasillos de una manera provocativa; segura de mi mismo. Lograba sentir el rebote y rose de la tela
con mi cuerpo, generando una emoción en mi; tomando la decisión de quitarme el vestido y tirarlo por el pasillo; en plena salida; no quería perder el tiempo y ocultar lo que ahora tenía; deseaba presumir y lucir mi cuerpo ante los demás. Mi forma de actuar me gustaba, los ademanes del dueño era una bomba; sin la necesidad de sobreactuar; sólo nacían naturalmente los movimientos que haría una mujer de su talla; sabia quien era el dueño gracias a la bibliografía que me habían proporcionaron y algunos recuerdos de su cuerpo. También de lo que la habían acusado, por seguridad solo yo podía saber el pasado de mi cuerpo. Al salir del edificio fue alucinante la ciudad era enorme, gente por donde quiera, hombre y mujeres con estilos exóticos o eróticos; sus formas de actuar de varios fuera de lo normal; otros fornicando en plena avenida. Ya contaba planes con mi cuerpo, deseaba colocarme un piercing en mi ombligo para que luciera bello y atractivo. Otro en un pezón, había investigado que podía haber un aumento de la excitación sexual, por el incremento de la sensibilidad y excitación. Deseaba tener uno puesto, gustaba mi cuerpo que luciera uno puesto, empecé a caminar en busca la tienda; captaba el rostro de unos usuarios; algunos chiflidos y piropos; que me lograban hacer sentir hermosa. Mi forma de caminar tan provocativo y la manera tan inusual
de mover mis gemelas, volvían locos a varios. Había logrado encontrar la tienda, entre a ella; rápido me atendieron; pedí que me mostraran los piercing que contaba; encontré un diamante con una cadena perfecto para mi ombligo y una para mi pezón. Rápido me llevaron a otro cuarto donde me acostaron, empezaron a desinfectar donde me colocarían los piercing. Empezaron en mi ombligo sentí un ardor al perforar, como igual pasaría en mi pezón. Fue rápido, algo doloroso; pero el premio era mayor; me habían encantado y fascinado cómo se apreciaban los percing en mi. No perdí tiempo, salí de la tienda. Empecé a caminar sobre la avenida, de un modo más
descarado; el roce de mi entrepierna con la tela de mi tanga y el rebote de mis senos; al dar cada paso con las zapatillas; me agradaba; era increíble caminar en ellas. Deseaba que todos me vieran quién era, me gustaba sentir los pesos de mi piercing de mi ombligo; se lograban mecer al mover mi cintura; mis pezones se ponían duros y lograba sentir aun el dolor de la perforación. Una sonrisa sádica realizaba, caminar en lencería sobre una avenida era una fantasía; la forma en la que movía mi cuerpo era alucinante. Alguien se había atrevido a propiciar una nalgada al estar caminado de emoción, logrando sentir el ardor y placer. Mire hacia atrás había un hombre, con un cuerpo fuerte, gran y joven. -Hola preciosa, nunca había visto una sirena caminar fuera del mar- dijo el usuario. Al escuchar sus palabras, me emocionaron; quería jugar sucio conmigo y le daría campo abierto, -Deberías no solo tocar aquí, también aquí- Dije yo, apuntando con mis manos en mi zona intima donde tenia mi coño. Lograba sentir la emoción que generaba mi cuerpo. Cuando logré sentir como sus manos se abalanzaron a mi cuerpo, tomando mi cintura con una mano con fuerza y la otra mi cuello, para lograr besarme; no opuse resistencia. Mis manos las deslizaba por su cuello, empezaba reaccionar naturalmente a los estímulos. Su lengua lentamente se introducía por mi pequeña y tierna boca, provocando estímulos en mis orgasmos; intensamente jugueteaba mis labios y me robaba el aliento; mi pequeña lengua solo era comida a bocados por su boca; exprimiendo cada gota de saliva de mi cuerpo; logrando sentir choques eléctricos en mi interior; sentía como mi cuerpo se debilitaba a su control; su otra mano se deslizaba por mi trasero apretandolo y intentando de introducir su dedos en mi zona intima; al grado de parar de puntillas al sentir choque eléctricos al pasar sus dedos por mi raya; en la estatura había diferencia el más alto que mi cuerpo. Lograba sentir como me lograba calentar, logrando percibir un frío intenso por todo mi cuerpo. Una parte de mi deseaba que parara y otra que continuará, quería mas y mas. Por primera vez lograba sentir como un impulso natural de mi cuerpo, sin control de el; empezaba a segregar por mi vagina un liquido; que en un principio opuse resistencia; pero lograba sentir un ardor que fue imposible detener; sin remedio de rendirme lograba sentir como el ardor se transformaba en un alivio placentero por mi cuerpo; había experimentado algo que solo las mujeres podían vivir como vulgarmente lo conocen; me había mojado. Nos separamos, de uno del otro; me sentía extasiada. Este cuerpo era increíble, lograba sentir emociones de deseo; era más de lo que había pensado sentir en mis fantasías. Una sonrisa de mujer complacida se formaba en mi rostro. - ¿Cuál es tu nombre? - Le pregunté. -Me llamo Beto preciosa- Dijo el. No sabia de quien se trataba por no conocer su bibliografía, pero no me importaba quería sentir sus caricias en la cama, – Así como besas te deseo en la cama. Llévame algún lugar mas intimo si me deseas- Dije yo. Me tomo de la mano, empezamos a caminar rumbo a su departamento, me sentía emocionada al saber que al fin sabría; que se lograba sentir tener una vagina. Me sentía sucia al caminar con las bragas mojadas, pero no me importaba; entramos al edificio; llegando donde se encontraba su habitación; abrió la puerta y empezó la función. Al dar un paso dentro de la habitación, Beto con fuerza me propició una nalgada; sin querer se me escapa un gemido de dolor, me había sorprendió la
reacción de mi cuerpo. Beto me llevaba tomada de mano donde era su cuarto, se coloca en su cama. Decido entrar gateando para provocarlo moviendo mi trasero. Él me tomó de mi cintura y con fuerza me desgarra mi tanga. Sonriendo -Qué esperas- le dije, sin dudar me acuesta en la cama, me abre mis piernas, estaba preparada para sentir y gozar lo que solo las mujeres callan detrás de su rostro de placer; mi rostro reflejaba una emoción. Me introduce su miembro en mi vagina lentamente; lograba
sentir por primera vez como su pene se abría paso dentro de mi cuerpo; lograba sentir y percibir como una tela se rompía dentro de mi vientre ; empeze a sangrar por mi vagina; Beto me pregunto si era virgen; me quede sorprendida al ver las manchas de sangre; era su primer hombre de Mariana y seria yo que disfrutará su primera vez; había perdido la virginidad por mi. Mi entre pierna percibía como unos choques eléctricos pasaban por todo mi cuerpo; lograba sentir lo frío de su miembro dentro de mí, empecé a jadear de dolor y morder mis labios; mis manos se aferraban en las sabanas; pero luego empecé sentir un placer; que solo deseaba más y más. Empezaba experimentar y disfrutar en tener su miembro dentro de mí, mis pechos se ponían duros; empezaba estorbar mi brasear; al quitármelo lograba sentir sus mordidas en mis senos; sus besos por mi cuello; caricias en mis piernas. Provocando que me viniera. Lograba sentir como se lograba venir y me inyectaba su esperma caliente dentro de mi cuerpo. Era algo increíble sentir como se corría dentro de mí, empezaba ahora mi turno. Me coloqué sentada arriba de su pene, empecé a mover mis caderas y rebotar encima de su miembro; era increíble sentir como su miembro se deslizaba dentro y hacia fuera de mi vagina, mis pompas amortiguaba en sus piernas cada vez que rebotaba encima de su cuerpo, mi piercing de mi ombligo se movía cada vez que me sacudía. Mi cuerpo era perfecto, se moldeaba adecuadamente, un ardor me invadía; no dejaba de gemir como loca. Me jala hacia él y empezamos a besarnos apasionadamente; me volvía loca sentir como su lengua entraba dentro de mi pequeña y delicada boca; robándome el aliento; por otro lado, el rebote de su pene dentro de mi coño. Me lograba sentir vulnerable en sus brazos, lograba sentir como no dejaba de correrse dentro de mí y me robaba mi saliva; mi lengua la mordía tiernamente. Está vamos aferrados uno al otro sin deseo de despegarnos. Hasta que logré sentirme satisfecha por completo tras varias horas. Mi panocha me dolía, era mi primera vez; tras a ver tener relaciones; no deseaba jamás salir de este cuerpo; me gustaba quien era ahora; me gustaba mi cuerpo que tenía; deseaba ser Mariana por siempre, su vagina era muy sensible como su cuerpo; mi piercing de mi pecho eran excitantes; mis caderas eran hermosas. Yo le daba mejor uso ha este cuerpo que la dueña original. Decidí no descansar, me coloque en pie, para seguir con mis planes; pero mi ropa interior se encontraba desgarrada por Beto; le pedí que me diera ropa; me dijo que aguardaba una poca dentro de un
cajón; el cual revise había algo de mi talla, decidí usar unas jeans negro que me remarcaba mis piernas, pompis y caderas. Una camisa con mis zapatillas, antes de irme registre a Beto para otra ocasión. Salí del departamento para continuar con mi siguiente objetivo, había experimentado al fin en tener sexo siendo una mujer.
Muy lejos del continente, se encontraba la familia de Mariana; buscando respuesta de su paradero. Las autoridades no sabían nada de información sobre ella; al parecer había caído en una red que se dedicaba engañar a las personas que habían cometido delitos; para secuestrarlos y traficar su cuerpo en el mercado negro. Mariana había sido una víctima más de esta organización.
Esta historia es algo corta, un final algo esperado, y es mas o menos un overlord o swort art online pero esta buena, talves si hubiera mostrado mas del lugar o de la histotia de ella
ResponderBorrarGracias por su apoyö
BorrarIncreíble y que bueno que estes devuelta
ResponderBorrarGracias por su apoyó
BorrarBuena historia, a sido Jan de las mejores que e leidl, espero que tenga continuación, te lo agradecería mucho.
ResponderBorrarGracias por su apoyo.
BorrarGracias por volver eres de las mejores de aquí y hacias falta
ResponderBorrarGracias por tu apoyo
BorrarUna pregunta cuando vas a terminar la historia de el medallón de zulo y la de dulce es qué estan geniales
ResponderBorrarNo creo acabarlos, esta complicado continuarlos.
BorrarPor favor, no nos dejes con la historia sin acabar
BorrarMedallon de zulu, la continuare; pero a pasos lentos
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