CAPÍTULO 2 CAMBIO DE PROPIETARIO
En una tarde refrescante, se encontraba una casa por la orilla de un río, se escuchaban los gritos de una mujer pidiendo ayuda. Provenían de la parte del baño. Una chica de piel blanca y una figura bien torneada se encontraba con un rostro de terror en lo que era una bañera, sacudiéndose desesperada y gritando. Dentro de ella algo la estaba controlando. El agua de la bañera había cambiado de color a verde que estaba entrando por su zona íntima. Estaba perdiendo los sentidos de su cuerpo. Sus pies no reaccionaba, lo espeluznante fue que sus ojos se movían por cuenta propia. Sus manos empezaron a tocar su rostro, acariciar sus pechos; empezó a carcajear de felicidad fue un cambio de ánimo repentino. Algo había sucedido.
Un silencio me cubría, solo pasaba por mi mente que todo lo que había pasado, era un mal sueño. Por momentos escuchaba un ruido en la oscuridad, luego una luz surgía, pero todo era borroso y desaparecía. Escuchaba de nuevo una voz de una chica, deseaba hablar pero no lo conseguía; escuchaba lo que ella decía, pero nunca escuchaba otra voz de alguna otra persona. Al paso de los segundos concluí que se trataba de su mente, escuchaba lo que ella pensaba y hablaba con ella misma; se encontraba en pánico. Era frustrante pero la luz que surgía entre la oscuridad cada vez se volvía más clara y brillante. Logró aclararse y lograba ver una imagen, era la misma chica que vi en la bañera, podía ver la recostada asustada y en pánico; pero con sus propios ojos pero al pasar de los minutos entendía lo que estaba pasando. Me encontraba dentro de ella, estaba adquiriendo sus sentidos de su cuerpo. Era imposible saber lo que había ocurrido, nada tenía una explicación. Pero era emocionante, podía escuchar su propia mente, podía ver entre sus propios ojos y escuchar con sus propios oídos. Recuperaba el sentido del tacto fue fascinante, sentir su cuerpo en el agua me excitaba. Tenia el deseo que se tranquilizara, de inmediato se detuvo, quería que tocara su rostro lo hizo. Había descubierto que podía controlarla dando órdenes, lograba recordar memorias que no me pertenecían, sabía que nombre tenía la chica, el cual era Mariana. Fue cuando logre tener el control total de su cuerpo, su mente lo había absorbido por completo; fue increíble. Usando sus propias manos para tocar los pechos del cuerpazo que poseía, podía hablar usando su propia boca, pensar lo que yo deseara sin escuchar lo que ella pensaba; solo escuchaba mis propios pensamientos. Nacía una alegría que lo expresaba con una carcajada. Habían pasado de la prisión con condena pena de muerte por violación y asesinato de mujeres, siendo una mujer. Tenía en mi control su cuerpo, lastima que había decidido cambiar de dueño. Decidí salirme de la bañera era increíble, sentir el peso de mis pechos y mi cabello largo. Las gotas de agua recorriendo por mi figura. Mire mis manos eran delgadas y delicadas, sus uñas bien cuidadas; mire hacia abajo tenía una vista fascinante. Salí del baño en busca de un espejo, cada paso que daba lo disfrutaba; moviendo su trasero de tal manera que lo resaltará, estando desnuda con su cuerpo. Entre en lo que era su recamara, aguardaba muchos secretos, me encontraba enfrente de su espejo reflexión que ahora era una mujer. Era como un sueño hecho realidad, era hermosa, tenía unos senos bien desarrollados, su rostro era perfecto, tenía muchos cosas sucias en mente con su cuerpo. Era algo inusual para la sociedad, estaba enfermo por las
mujeres, por el deseo de violarlas; acosaba a mis víctimas. Me dirigí a la cama, el deseo de masturbarme con su cuerpo me excitaba; era un deseo que me rondaba en mi mente. Quería sentir sus orgasmos, sus dedos finos eran perfectos para penetrarse a sí misma, tan finos y delicados, provocan que babeara por deseo. Lograr sentir como metía sus dedos en su zona íntima provocando que se me escaparan algunos gemidos. Su cuerpo reaccionaba correctamente como lo había imaginado. No me detuve, necesitaba satisfacerme, no dejaba de gritar; al fin descubre lo que sentían mis victima al violarlas. Mi vagina se lubricaba, pero a la vez me mojaba. Lograba sentir como mis pezones se endurecian, ella nunca lo había intentado; pero era muy placentero. Logre acabar, me había gustado. Me coloque de pie, estuve pensando que era una chica buena, hermosa, dulce, perfecta víctima; lo mejor de todo que tenía su cuerpo en mi control. Quería hacerme pasar por ella un rato, me hacían falta unas vacaciones.
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Me encata el diseñó de la imágenes es un poco interactivo
ResponderBorrarSi, estamos pensando mejorar la idea del uso de los gif.
ResponderBorrarOprime Aqui
Tus propuestas en las imágenes son acertadas. Buenas vibras para sus administradoras de éste blog.
ResponderBorrarGracias
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