Capitulo 2 "El inicio de una nueva vida"
Capítulo Anterior
No comprendía nada de lo que me quiso decir, pero ella saco una especie de amuleto que nombró “Medallón de zulú”, me explico su función, al principio consideré que estaba chiflada; como era posible que tal objeto fuera capaz de cambiar de cuerpos a alguien, pero porque me decía tales cosas no deseaba tener cuerpo de nadie, pero por dentro me intrigaba saber si era posible. Pero por estar insistiendo en vender decidí comprárselo, en fin, no me costó caro. Pasó la tormenta decidí continuar mi camino, carro no tenía, lo había vendido para cubrir el gasto de las deudas que contaba en el banco y los únicos $200 pesos que me acompañaban tal día; los gasté por el medallón. Al llegar a mi casa, se encontraba llegando mi vecina. Pero logré sentir una curiosidad en saber, si era real lo que me había dicho la viejita, tome el medallón y lo coloque en mi cuello. Ella me dijo que podía intercambiar cuerpos o solo poseer, pero abandonado mi cuerpo, también absorber
almas temporales en el vacío dentro del medallón
dejando inerte su cuerpo de la víctima podía introducir la alma en algún otro
cuerpo. Podía lograría adquirir sus recuerdos y ademanes del cuerpo que yo
ocupara. Solo debía mover unas horquillas de acuerdo lo que yo deseara. Decidí
colocar en modo para poder absorber su alma solo debía estar cerca de ella para
sola tocarla. Ella descendió de su auto, camino hacia su entrada de su casa;
sin darse cuenta la seguí por detrás cuando estuve a punto estar unos
centímetros sobre ella, retrocedió un paso atrás; el medallón empezó a brillar
y ella se detuvo, sin presentar algún movimiento; por su boca salía proyecta
una especie de masa brillante que entraba en mi medallón. Su cuerpo se
desvaneció hacia el suelo, no lo podía creer había funcionado, era aún noche
nadie logró ver nada de lo que había pasado. Decidí rápido actuar, la cargué dentro
de mi casa; estando dentro mi corazón no dejaba de latir aceleradamente, en mi
casa tenía el cuerpo de quien era mi jefa, revisé sus signos vitales aún
respiraba, era sorprendente ver su cuerpo en un estado de coma. Se me había
presentado una oportunidad, no podía pasarlo por alto; podría apoderarme de su
vida por un buen rato, era muy atractiva y aún joven. Pero antes debía hacer
algo primero la desnude y me la lleve a la cama, quería disfrutar por última
vez ser un hombre, intente que el tiempo valiera la pena, por un buen rato
estuve teniendo relaciones con su cuerpo, sentir cada centímetro de su cuerpo
al rose del mío, fue algo romántico; pero la realidad fue algo enfermo la
estaba violando sin su permiso. Intente decirle si quería ser penetrada, pero
no escuche respuesta de su parte y lo tomé con un sí. Al terminar, decidí que
era la hora, tome el medallón, lo coloque en modo de posesión; con una mano la
toque y a la vez logre sentir como una fuerza, impactaba hacia mí espalda y me desvanecía
en un abrir e cerrar. Es donde mi vida había cambiado por completo, al
despertar, al enfocar la mirada lograba ver mi cuerpo a lado de mi en la cama, brinque
de emoción, lo había logrado. Al mirar abajo logra ver unos enormes senos, mis
manos eran diferentes, quería recordar lo que había pasado, pero era muy
confuso al ver dos actos al mismo tiempo, pero lograba sentir como fluía
recuerdos que no me pertenecían en mi nueva mente, no lo creía, me encontraba
en el cuerpo de quien era mi jefa. Me fui al baño corriendo, lograba sentir el
rebote de mi par de tetas; aún conservaba mis recuerdos de mi antiguo cuerpo.
Me acuerdo como hubiera sido ayer. En el camino
hacia mi hogar, iniciaban los sonidos de los relámpagos en el cielo; se
aproximaba una tormenta eléctrica, pero con el fin de protegerme y esperar que
pasara la lluvia, entre a una tienda, me sorprendió al ver, objetos antiguos y
muy raros; una anciana me recibió; solo me dijo.
-Tengo solución a tus deseos-
No comprendía nada de lo que me quiso decir, pero ella saco una especie de amuleto que nombró “Medallón de zulú”, me explico su función, al principio consideré que estaba chiflada; como era posible que tal objeto fuera capaz de cambiar de cuerpos a alguien, pero porque me decía tales cosas no deseaba tener cuerpo de nadie, pero por dentro me intrigaba saber si era posible. Pero por estar insistiendo en vender decidí comprárselo, en fin, no me costó caro. Pasó la tormenta decidí continuar mi camino, carro no tenía, lo había vendido para cubrir el gasto de las deudas que contaba en el banco y los únicos $200 pesos que me acompañaban tal día; los gasté por el medallón. Al llegar a mi casa, se encontraba llegando mi vecina. Pero logré sentir una curiosidad en saber, si era real lo que me había dicho la viejita, tome el medallón y lo coloque en mi cuello. Ella me dijo que podía intercambiar cuerpos o solo poseer, pero abandonado mi cuerpo, también absorber
No
dejaba de mirarme en el espejo, realizaba distintos gestos con mi nuevo rostro;
no dejaba
de tocar con mis nuevas manos mi cara, las deslizaba por todo mi
cuerpo pasando por mis senos hasta llegar en mi zona intima, tener un enorme
trasero era emocionante, no deja de sonreír y reír de la emoción. Me coloque en
diferentes poses, pero podía esperar necesitaba regresar a mi nuevo hogar para
eliminar sospechas, busque mi ropa para vestirme, colocar su tanga sentía como pervertir su propio cuerpo, no dude estirarla hacia arriba
al estilo calzón chino, era la primera vez que me colocaba un sostén, no tuve
ninguna dificultad sus recuerdos me ayudaban. Su jean me quedaba muy ajustado
marcando bien mis caderas, como mis gemelas, tome el medallón que tenía
puesto mi cuerpo y me lo coloque en mi cuello. Estaba fascinado e impresionaba
la habilidad que contaba al caminar en zapatillas moviendo mis caderas. Me
despedí de mi cuerpo dando su último beso, bajé hacia la cocina; estaba
decidido abrir las llaves de la estufa para que se escapara todo el gas. Salí
de mi antiguo hogar para ir adonde seria mi nueva casa. Al entrar logre
escuchar una fuerte explosión, donde ahora parecía el que ahora era mi vecino,
dentro su casa al arder. Era el inicio de una nueva vida Reina sería mi nombre
y su cuerpo ahora me pertenecía, su cuerpo había cambiado de propietario; abría
nuevas reglas. Desde lejos en una ventana donde ahora era mi hogar había un
adolescente que logro ver a su madre salir de la casa de quien era su vecino,
ver como una explosión consumía la casa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Te ha pasado que quieres decir algo pero las palabras no son suficientes? Ahora puedes colocar imágenes o vídeos en comentarios, con los siguientes códigos:
[img]URL de la imagen[/img]
[video]URL del video[/video]