Una fantasía (Medallón de “zulú”)

PARTE 8 UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Ahora me encontraba en el cuerpo de Reina, tenía el control de su cuerpo. Me encontraba en lo que ahora era mi cuarto, estuve probando su ropa interior; tener en mis manos sus bragas olerlas con su propio olfato me fascinaba. Use su cuarto como una pasarela como el show The Victoria's Secret Fashion, probando toda su lencería; me emocionaba caminar en zapatillas. Sus Ademanes de Reina se hacían notar, su particular forma de caminar y moviendo sus caderas. Luego usando sus propias manos para manosearme y decir cosas sucias con su propia voz me excitaba. Ver mi rostro de pervertida, provocaba un cosquilleo en mi zona intima. Revise unas bolsas que tenía ropa que ella había comprado, lastima ahora la tendría que yo estrenar. Tenía el deseo de saber, que se lograba sentir al tener sexo siendo una mujer. Sabía que Reina le gustaba hacerlo cada rato, me excitaba recordar cada vez que la habían penetrado. Era lo primero que deseaba hacer, no quería perder el tiempo. Primero decidí esconder mi cuerpo debajo de mi cama, sabía que nadie lo encontraría; resolviendo ese problema. Antes de tomar una decisión empecé revisar todos sus recuerdos, tenía mucho dinero; quede en suspenso en recordar toda la escena cuando incendió la casa de quien era su vecino estando adentro. No entendida que había sucedido, llegando a casa fue atacada y despertó en su cama, normal feliz; tomó el medallón del cuerpo de Daniel. Tenía la sospecha que Reina por su forma de actuar de tal día, nunca volvió ser ella; su vecino le había robado su cuerpo. Por su desgracia gracias al accidente tuve su cuerpo, ladrón que le roba a ladrón 100 años de perdón. Tenía que actuar, prepare una maleta con ropa, decidí escaparme con su cuerpo de la mama de Marcos; tenía miedo que la policía me involucrara por la muerte de Daniel, aunque fue solo su cuerpo. Pero tenía tanto dinero que había ahorrado, que por trabajar no tenía preocupar; solo podía

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viajar por el mundo y disfrutar su cuerpo que ahora dueña. Salí de mi habitación, sería algo triste por su familia; pero qué más da. Era tarde, Marcos aún se encontraba en su cuarto; aproveche subir las maletas en el auto. Decidí irme sin despedirme esperaba Hawái por un largo tiempo solo sería fiesta y sexo. En el camino me detuve, tomé la caja donde había guardado el medallón y decidí arrojarlo por la ventana; cayendo en la orilla del mar. Decidí deshacerme de él, tenía en mis manos el cuerpo que había soñado. Pero en la casa de Reina Marcos estaba buscando a su mama, sin tener éxito; comenzó a marcarle por teléfono, pero mandaba a buzón. Su padre había llegado, estaba enojado; no sabía nada de su esposa. Fue directo a su cuarto, al abrir encontró un desastre. Reviso sus cajones faltaba ropa, había una nota con labial en el espejo del tocador. Que decía “Lo siento Sebastián tome la decisión de abandonarte, no me busques; adiós” quedó nefasto al leer lo que había escrito su esposa.

SEBASTIÁN: Hijo ¿Qué sucedió?

MARCOS: No lo sé padre.

¡ESPERO QUE LE HAYAS GUSTADO COMO SIEMPRE!